La flor del olivo (también conocida como “rapa”) es extremadamente sensible al calor en su fase reproductiva (especialmente durante meiosis floral y la fase de polinización). Mientras que el olivo adulto tolera sequía, sus flores son vulnerables a daños fisiológicos irreversibles. Esto explica por qué, incluso con riego, una ola de calor en mayo-junio puede arruinar la cosecha.

Efectos agronómicos del calor en la floración del olivo

1. Reducción en la diferenciación floral:
   • Las altas temperaturas durante el invierno y primavera pueden alterar la inducción floral, disminuyendo el número de racimos florales. Este fenómeno está relacionado con los balances hormonales entre giberelinas – auxinas, y la producción excesiva de etileno, asociada esta última al envejecimiento prematuro de las flores.
2. Abscisión (caída) anormal de flores y botones florales:
   • Temperaturas superiores a 30–35°C durante la floración (mayo–junio) provocan la caída de flores y una menor cuajado (formación de frutos).
   • El estrés hídrico combinado con calor acentúa este problema.
3. Polen no viable o de baja calidad:
   • El calor extremo afecta la germinación del polen y el crecimiento del tubo polínico, reduciendo la fertilización.
   • En variedades sensibles (ej. ‘Picual’), esto puede causar una baja productividad.
4. Desincronización floral:
   • En algunas variedades, el calor adelanta o retrasa la floración, generando asincronía entre flores masculinas y femeninas, lo que reduce la polinización cruzada (importante en olivos con baja autocompatibilidad).
5. Mayor incidencia de “corrimiento”:
   • El olivo suele producir más flores de las que puede sostener, pero el estrés térmico aumenta el aborto de frutos recién cuajados, dejando racimos con pocas aceitunas.
6. Impacto en la producción de aceite:
   • Una floración deficiente reduce el número de frutos por ramo, afectando directamente el rendimiento graso (kg aceite/ha).
   • En casos graves, puede haber alternancia productiva (vecería más marcada).

Efectos fisiológicos en la flor del olivo bajo calor extremo

El proceso de diferenciación floral se produce entre finales del invierno y mediados de la primavera, es el proceso por el cual se forma el polen y los óvulos.

Desde el punto de vista de la fisiología vegetal, el proceso clave durante la diferenciación floral es la meiosis, veamos dónde se produce este proceso dependiendo del órgano sexual:

• Órgano floral masculino: llamado androceo, concretamente en la antera de los estambres para dar como resultado el polen, para la formación del polen en las anteras, es fundamental una estructura llamada tapetum, que provee nutrientes y señales químicas, esenciales para la correcta formación del polen.
• Órgano floral femenino: llamado gineceo (órganos florales femeninos) para generar los óvulos.

Si todo sucede de forma natural y normal, se forman adecuadamente los órganos sexuales de cada flor y se produce una sincronización en la maduración de cada órgano y finalmente se produce la fecundación, dando como resultado el fruto (oliva, aceituna).

Pero desgraciadamente y como se ha comentado con anterioridad, este proceso de meiosis y formación de polen y óvulos es extremadamente sensible a las altas temperaturas (por encima de 30-35ºC), especialmente la parte relacionada con la formación de polen viable.

Las altas temperaturas generan alteraciones del proceso:

1. Óvulos y polen no viable, donde el contenido del material genético se ve afectado y difiere de lo normal.
2. El tapetum, se ve degradado de forma prematura y no cumple su función básica de nutrir al polen en su fase de desarrollo, luego este no se desarrolla de la forma correcta y genera lo que se conoce fisiológicamente como polen vacío. Este tipo de “polen dañado” no germina o forma tubos polínicos cortos, incapaces de fecundar.
3. En los óvulos, aunque más resistentes al calor, se pueden producir bloqueos en la formación del saco embrionario, que afectan directamente a la capacidad del estigma de recibir al polen, disminuyendo notablemente la fecundación.
4. Se produce un aumento en la producción de componentes tóxicos denominadas ROS en las células, esto genera daños en el material genético y puede ocasionar la muerte de estas.

¿Cómo se manifiestan estas alteraciones en la flor?

• Polen estéril o no funcional: Granos deformes, sin contenido citoplasmático visible al microscopio.
• Polen “quemado”: Se observa como un polvillo seco y no adherente.
• Aborto de óvulos: Flores que no son fecundadas a pesar de tener polinizadores.
• Asincronía reproductiva: Las flores masculinas y femeninas de una misma inflorescencia pueden madurar en tiempos distintos, reduciendo la autopolinización.
• Cambios en la composición de néctar y aroma floral: El calor reduce la producción normal de azúcares y compuestos volátiles en el néctar, disminuyendo la atracción de polinizadores (abejas, dípteros).
• Flores pequeñas y deformes: Con pétalos atrofiados o secos.
• Excesivo “corrimiento”: Flores que se caen sin formar frutos.

Partiendo del conocimiento de los procesos fisiológicos que son alterados como consecuencia de este tipo de estreses, DFINNOVA ha generado un programa de manejo para minimizar los efectos fisiológicos y por ello agronómicos, provocados por las altas temperaturas. El programa DFINNOVA, se fundamenta en generar una respuesta preventiva rápida e intensa que mantenga un estado de aclimatación adecuado que ayuda al olivo a soportar condiciones extremas de temperatura.

Existen diversas posibilidades para paliar o menguar estas alteraciones que afectan, ,efectivamente, al rendimiento final de la cosecha, y ARA, E-X3, GLER POW o INDUS podrían estar dentro del manejo de las diversas soluciones.

Si tienes más dudas sobre, por ejemplo, la adaptación del olivo al cambio climático, las alteraciones fisiológicas en la flor del olivo, la asincronía floral en olivos por estrés térmico o los cambios en el néctar del olivo por altas temperaturas, consulta nuestra web, escríbenos, o contacta con tu punto de distribución de DFINNOVA más cercano. ¡Estaremos encantados de atenderte!