Podemos empezar a comprar sandía en los mercados a principios de verano, más exactamente en el mes de junio, pero observamos que su sabor no es pleno hasta que llegamos a julio.

En Almería, más concretamente en El Ejido, las sandías se cultivan en invernaderos, aunque en Murcia eligen el aire libre. Las sandías que vemos en Europa en marzo o abril, suelen venir de Costa Rica y Panamá o de África (Marruecos y Senegal) e incluso de Irán.

A partir de abril, es cuando la sandía nacional cobra protagonismo. Nuestro sector sabe que si la cosecha de sandía se adelantara, tendrían que luchar contra las que vienen de estos lejanos países, ya que los meses de comercialización serían los mismos.

Así, nuestro culmen de producción es el mes de julio. El 51% se cultiva en Almería, el 16,7% en Murcia y en Ciudad Real, el 7,54%

 ¿De dónde procede la sandía?

Tenemos dos posibilidades. Una que habla de que su origen son las poblaciones silvestres de África y una segunda que apunta que tiene sus raíces en el valle del Nilo, donde se la encontraron de forma silvestre. Además, existe una tercera vía, que mezcla las dos anteriores en la que David Livingston, el famoso explorador, descubrió a la sandía en su primer viaje al norte de Sudáfrica, en el desierto de Kalahari.

Sus primeros cultivos datan datan del 3.000 a.C. en Egipto. El cultivo de la sandía en esta zona fue muy fructífero, debido a la fertilidad que ofrecían los márgenes del río Nilo, donde el agua era abundante y el clima cálido.

En nuestro países, los árabes fueron los responsables de introducir la sandía entre los siglos VIII y XV. A pesar de eso, la especie que consumimos en la actualidad no fue introducida hasta el año 1980, donde se empezó a cultivar en Almería y es una mezcla entre las especies Citrullus maxima y Citrullus moschata.

Morfología y Taxonomía

La sandía es un cultivo que pertenece a la familia Cucurbitaceae, siendo su nombre botánico: Citrullus lanatus (Thunb). Sinónimos: C. Vulgaris y Colocynthis citrullus.

Es una planta anual herbácea, de porte rastrero o trepador.

Sistema radicular: muy ramificado. Raíz principal profunda y raíces secundarias distribuidas superficialmente. Carece de importancia, ya que alrededor del 95 % de la sandía se cultiva injertada sobre patrón de C. Máxima x C. Moschata. Este híbrido se introdujo en la provincia de Almería a mediados de los 80, para resolver los problemas de fusariosis (agente causal Fusarium oxysporum f. sp. niveum). Además, dicho patrón aporta vigor al cultivo y ofrece resistencia a Verticilium y tolerancia a Pythium y Nematodos.

Tallos: desarrollo rastrero, de color verde recubierto de pilosidad. En estado de 5-8 hojas bien desarrolladas el tallo principal emite las brotaciones de segundo orden a partir de las axilas de las hojas. En los tallos secundarias, empiezan los terciarios y así sigue creciendo, hasta llegar a cubrir 4-5 metros cuadrados.

Hoja: peciolada, pinnado-partida, dividida en 3-5 lóbulos que a su vez se dividen en segmentos redondeados, presentando profundas entalladuras que no llegan al nervio principal.

Flores: de color amarillo, solitarias, pedunculadas y axilares, atrayendo a los insectos por su color, aroma y néctar (flores entomógamas), de forma que la polinización es entomófila. La corola, de simetría regular o actinomorfa. El cáliz está constituido por sépalos libres de color verde. Existen dos tipos de flores: masculinas o estaminadas y femeninas o pistiladas, coexistiendo los dos sexos en una misma planta, pero en flores distintas (flores unisexuales).Resulta fácil diferenciar entre flores masculinas y femeninas.

Fruto: Baya globosa u oblonga en pepónide formada por 3 carpelos fusionados con receptáculo adherido, que dan origen al pericarpo. El ovario presenta placentación central con numerosos óvulos que darán origen a las semillas. Su peso oscila entre los 2 y los 20 kg. El color de la corteza es variable, pudiendo aparecer uniforme o a franjas de color amarillento, grisáceo o verde claro sobre fondos de diversas tonalidades verdes. La pulpa puede ser roja, rosada o amarilla y las semillas pueden estar ausentes (frutos triploides) o mostrar tamaños y colores como el negro, el marrón o el blanco.

Exigencias de clima y suelo

La sandía es menos exigente en temperatura que el melón, siendo los cultivares triploides más exigentes que los normales, presentando además mayores problemas de germinabilidad. Cuando las diferencias de grados nocturnos y diurnos son de 20-30 ºC, se ocasionan desequilibrios en las plantas: puede abrirse el cuello y los tallos y el polen producido no es viable. Cuando se trata de sandías injertadas, aumenta la resistencia tanto al frío como al calor.

La humedad relativa ideal puede estar entre 60 % y el 80 %, siendo un factor muy importante durante la floración.

Los suelos ideales para la sandía son los bien drenados, ricos en materia orgánica y fertilizantes. No obstante, la realización de la técnica del enarenado hace que el suelo nos sea un factor limitante para el cultivo de la sandía, ya que una vez implantado se adecuará la fertirrigación al medio.

Elección del material vegetal

Principales criterios de elección:

• Exigencias de los mercados de destino.
• Características de la variedad comercial: vigor de la planta, características del fruto, resistencias a enfermedades.
• Ciclos de cultivo y alternancia con otros cultivos.

Hay dos clases de variedades híbridas en el mercado:

• “Tipo Sugar Baby”, de corteza verde oscuro.
• “Tipo Crimson”, de corteza rayada.

Fertirrigación

Aunque existen explotaciones en las que se realiza a riego a manta, la fertirrigación en la sandía más frecuente es el riego por goteo en sandía de invernadero, con aporte de agua y nutrientes en función del estado fenólogico de la planta, así como del ambiente en que esta se desarrolla (tipo de suelo, condiciones climáticas, calidad del agua de riego, etc.).

En cultivo en suelo y en enarenado, el establecimiento del momento y volumen de riego estará condicionado por:

• Tensión del agua en el suelo.
• Tipología del suelo (capacidad de campo, porcentaje de saturación).
• Evapotranspiración del cultivo.
• Eficacia de riego (uniformidad de caudal de los goteros).
• Calidad del agua de riego.

El consumo de agua en sandía varía desde los meses de invierno  a verano, con el engorde de los frutos, debiendo reducir el riego y/o aumentar la conductividad eléctrica de la solución nutritiva durante la maduración para evitar el rajado de los frutos.

Lo ideal es que previo a la plantación, se proporcione un riego abundante, y a continuación riegos cortos y frecuentes, hasta que la planta esté bien enraizada. Durante el desarrollo de la planta y hasta la floración los riegos son largos y escasos, en floración cortos y diarios, durante el cuajado y desarrollo del fruto son largos y frecuentes y en el período de maduración se van alargando progresivamente los intervalos de riego y el volumen de agua.

En cultivo hidropónico, el riego está automatizado y existen distintos sistemas para determinar las necesidades de riego del cultivo, siendo el más extendido el empleo de bandejas de riego a la demanda. El tiempo y el volumen de riego dependerán de las características físicas del sustrato.

Para fertilizar, podemos encontrar “recetas” de todo tipo, incluso contradictorias dentro de una misma zona, a pesar de haya el mismo tipo de suelo y la misma variedad. No obstante, en general, no se deben sobrepasar dosis de abono total superiores a 2g.l-1, siendo común aportar 1g.l-1 para aguas de conductividad próxima a 1mS.cm-1.

Los fertilizantes de uso más extendido son los abonos simples en forma de sólidos solubles (Nitrato Cálcico, Nitrato Potásico, Nitrato Amónico, Fosfato Monopotásico, Fosfato Monoamónico, Sulfato Potásico, Sulfato Magnésico) y en forma líquida (Ácido Fosfórico, Ácido Nítrico), debido a su bajo coste y a que permiten un fácil ajuste de la solución nutritiva, aunque existen en el mercado abonos complejos sólidos cristalinos y líquidos que se ajustan adecuadamente, solos o en combinación con los abonos simples, a los equilibrios requeridos en las distintas fases de desarrollo de la planta.

El aporte de microelementos, que años atrás se había descuidado, resulta vital para una nutrición adecuada, pudiendo encontrar en el mercado una amplia gama de sólidos y líquidos en forma mineral y en forma de quelatos, cuando se necesita favorecer su estabilidad en el medio de cultivo y su absorción por la planta. La planta de melón cultivada bajo condiciones deficientes de micronutrientes, no produce ningún melón comestible.

Además, existen numerosos correctores de carencias tanto de macro como de micronutrientes que pueden aplicarse vía foliar o riego por goteo, aminoácidos de uso preventivo y curativo, que ayudan a la planta en momentos críticos de su desarrollo o bajo condiciones ambientales desfavorables, así como otros productos (ácidos húmicos y fúlvicos, correctores salinos, etc.), que mejoran las condiciones del medio y facilitan la asimilación de nutrientes por la planta.

Por esta razón, os vamos a hablar de una de una de nuestras gamas foliares , ya que es una gran ventaja para este tipo de cultivos  rastreros ( sandía, melón, calabaza…). Es una gama de fertilizantes que destaca por su eficiencia y rendimiento, compuesto por nuestra tecnología EUe^®, específica en aplicación foliar potenciando la rápida adsorción a través de la hoja y su inmediata translocación vascular hacia los órganos vegetales.

Gama GLER de DFINNOVA, tu mejor ayuda

Nuestra gama GLER se caracteriza por la excelente capacidad de adsorción en la hoja y la velocidad en la traslocación hacia los órganos vegetales. Alta solubilidad en aguas frías.

La importancia de la fertilización foliar esta basada en tres factores fundamentales:

• Limitación de disponibilidad de nutrientes en suelo.
• Pérdidas de nutrientes aplicados en el suelo
• Alta tasa de demanda interna de nutrientes por consecuencia de un estado fenológico.

En la fertilización foliar, el proceso de adsorción de nutrientes y su uso por la planta incluye el siguiente proceso: absorción en las hojas , penetración en la cutícula, absorción en las células metabólicas activas y translocación hacia los órganos donde serán utilizados.

Nuestra INNOVAdora y compleja formulación:

• Incluye tensioactivos y humectantes.
• Posee bajo punto de delicuesciencia.
• Aumenta la tasa de adsorción.

Las soluciones de esta familia se formulan incluyendo microelementos solubles de rápida adsorción.

	GLER GREEN Para etapas de desarrollo de cultivo Aumento masa foliar. Estimula la floración y el cuajado de frutos
	GLER RED Para etapas de desarrollo de cultivo Buen final de cultivo. Producción de frutos con mejor calidad
	GLER YAM Para favorecer la adsorción y transporte inmediato y efectivo de Calcio y Magnesio, incrementando rápida y eficientemente su concentración celular.
	GLER RADU Desarrollado para una adsorción y traslocación inmediata y efectiva de Potasio y Fosforo durante las fases de maduración
	GLER POW Para favorecer la adsorción y transporte intracelular rápido de los elementos Molibdeno y Boro Aumenta la calidad de la flor y la viabilidad del polen. Incrementa grosor de tallos y de hojas
	GLER E-CAL Desarrollo para favorecer la adsorción y  transporte inmediato y efectivo de Calcio, incrementando rápida y eficiente su concentración y garantizando un desarrollo y endurecimiento de la pared celular en hoja y fruto
	GLER APUS Para favorecer el vigor de los cultivos y la uniformidad de las cosechas. Aumento masa foliar. Estimula la floración y el cuajado de frutos

Fertilizantes de Nitrógeno, de Fósforo, de Potasio, granulares, solubles… Sea cual sea tu necesidad, con la ayuda de nuestros técnicos comerciales podrás obtener un manejo perfecto para cada estado fenológico de la planta y conseguir una planta fuerte y equilibrada desde el inicio hasta el final.

En este artículo, os hemos hablado brevemente de los fertilizantes foliares respecto a un cultivo rastrero para favorecer  sus condiciones, pero recordar que tenemos una gama muy amplia.

Ponte en contacto con nosotros, estamos a tu disposición y estaremos encantados de ayudarte.